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Posts Tagged ‘despedida’

Primera despedida

Quiero inmortalizar este momento. Quiero plasmarlo, aunque duela, porque precisamente es cuando más necesidad tengo de soltarlo, comunicarlo, expandirlo al universo y que se reparta y solidarice con otros tantos millones de almas que se hallen en una situación parecida.

Me quedan 10 días en Madrid. 10 días. 240 horas (aprox). 14.400 minutos. Y los segundos ya dan igual. Las circunstancias (laborales, cómo no) me obligan a abandonar esta ciudad, mi segunda casa después de Jerez, aunque a este paso habría llegado a convertirse en la primera. Pero no. Tras unos cuatro años y medio deambulando por la capital, toca retirarse. Bueno, en realidad el periodo de la carrera se corresponde más con la localidad de Villaviciosa de Odón, por lo que buena parte de mi cariño proviene de los últimos cinco meses vividos, experimentados y explotados en pleno centro madrileño.

Pero, ¿qué ocurre? Pues que no se puede, o no creo que se deba, estar pagando un alquiler una vez finalice la ocupación que se esté acometiendo (y no haya salido nada en tres meses de envío del CV, dicho sea de paso). Mi prórroga ha tocado fondo, no hay de dónde sacar provecho por aquí, así que vuelta al nido y a buscar otras opciones, a ser posible fuera de este país.

Por tanto, remitiéndonos al título de este post, que para algo lo he elegido, se abren unos días de reflexión. Unos días de recuerdos, de planes, de confesiones, de maletas, de lágrimas, de risas. Y de despedidas. Esta noche, tan solo hace un par de horas, pasé por la primera y… Joder, qué mal. En el momento no era consciente, no pensaba que no volvería a ver en bastante tiempo, a mirar a los ojos, a escuchar presencialmente a esta bella personita, cuyos ojos se han humedecido durante el instante anterior al último abrazo. Me ha pillado por sorpresa. Me sentía casi insensible porque a mí no me saliera absolutamente nada de los lacrimales.

Sin embargo, tras El Intermedio y el capítulo (bastante deprimente hoy) de Cuéntame, mi pecho se ha tomado la revancha y ha empezado a hundirse repentina y profundamente. Maldito seas, a buena hora, justo antes de dormir. Lo incómodo es que no puedo llorar. Me apetece, bastante, pero no me salen las lágrimas.

No quiero pensar en el último adiós…

Melancolía

La verdad es que no soy muy dada a sentirme afectada tristemente por la mayoría de las cosas, me resulta mucho más fácil y automático pasar a la euforia, la pereza, el enfado… pero hoy es distinto.

Fin de semana familiar, como pocos se tienen. En Madrid, han venido a verme tanto padres como hermanos. Una reunión de cinco personas que, a partir de esta mañana, no se sabe cuándo volverá a repetirse. El mayor de mis hermanos, ya sabéis, Tsutomu, tira para Japón en abril. Por mi parte, el curso que viene espero irme lo más lejos posible o, como mínimo, fuera de España. Si acabo estancada en Madrid también lo sabréis, así que don’t worry.

El caso es que estos dos días han transcurrido tan lentos como veloces, exactamente por igual, pero cuando sí que se ha parado el tiempo ha sido en un par de los últimos momentos: durante el abrazo de despedida con mi hermano mayor, al tomar plena conciencia de que era el adiós más largo e indefinido hasta ahora en nuestras vidas; y, el segundo momento, mientras veía desaparecer, posteriormente, a la vuelta de la esquina el coche con mis padres y mi hermano pequeño tras dejarme en la puerta de mi casa.

Aquí, especialmente, he permanecido quieta en medio de la acera, sin saber muy bien por qué me sentía así. Vale, era normal, pero a mí me la suelen repanpinflar bastante estos temas. No por nada, sino porque veo la vida tan limitada y ajustada a sus propias etapas, que el hecho de que se cierre una solo puede ir a dar a la siguiente, con sus más y sus menos, sus avances y sus tropiezos, sin remedio, sin motivo para oponerse, retenerla ni ansiarla.

No obstante, me habrá pedido esta vez el cuerpo ponerme un poco más melancólica de lo normal. Supongo que también influirá el que sea domingo, ese maravilloso día tan injustamente prejuzgado. A mí me gustan, aunque presiento que hoy va a ser un poco más pesado, al igual que el anterior.

De todas formas, qué más da. Demasiado fugaz todo. Quizá sea un buen día para retomar la lectura. O Cómo conocí a vuestra madre… ¡Gran opción!

En fin, un fin de semana diferente y apacible junto a las personas que más quiero en este mundo, precediendo a un mes de marzo que pinta bastante bien. Eso sí, para la ocasión, no hubo guerra de almohadas. Menos mal, me habrían machacado.

Espero que lo hayáis disfrutado también, que para eso era carnaval ;).

Pd: he echado una ojeada a fotos del carnaval del año pasado pero son tan horribles la inmensa mayoría que casi se me ha puesto mal cuerpo, así que os pondré una muestra y punto.

Este es el disfraz que llevé, y que habría repetido ayer de haber salido, lo cual no me importó en absoluto porque llevo encima un resfriado increíble. Naturalmente, pasé del gorro, y los zapatos consistieron en unas bailarinas que, desde aquel fin de semana, permanecen al fondo del armario y mucho menos blancas que cuando las adquirí…

Hala, ¡feliz domingo!

Pd2: uf, aún así, a pesar de todo, tan extremadamente fugaz que cuesta recordar y asimilar…

VPS Rap & Reggae

Ayer tuve la celebración de Navidad con la empresa en la que hago prácticas, Facilísimo. Me daba muchísimo reparo, incluso la noche anterior lo pasé casi mal rallándome yo sola porque apenas conocía a nadie e iba ultra apurada, pero al final todo fue bastante bien. Genial, de hecho.

Entrega de los regalos del amigo invisible. Intuía quién me regalaba a mí pero no lo dije por vergüenza, y habría acertado, ¡me cagüen! Y a la que me había tocado a mí le gustó mi regalo :), los peluches son un gran recurso.

Almuerzo en el Muerde la pasta del centro comercial Tres Aguas. Nunca había comido allí, es de buffet, y estaba buenísimo. Creo que jamás he comido tantísimo, seré burra…

Después, a la oficina a beber. A las 17:00 nos dieron un concierto privado el grupo VPS, Visto Para Sentencia. Increíble, lo hacen de puta madre. Teniendo en cuenta que me gustan el rap y el reggae, la fusión me dejó alucinada. Podéis conocer sobre ellos y escuchar sus canciones aquí, os cuelgo una. Su facebook es VPS Rap & Reggae. Ya tienen una fan más :D.

Y luego, a continuar la fiesta en la oficina hasta que tiramos para los bares del pueblo. Un rato de bailoteo y, por mi parte, para casa sobre las 3, que estaba ya cansada.

Conversaciones, bromas, colegueo, confidencias… Lo pasé realmente bien. Y lo mejor, lo que más me llegó y menos me esperaba: ¡¡VISTO PARA SENTENCIA!!

Camino de Santiago (XI), fin de la aventura

Nos situamos ya en el lunes 26 de julio. Recuerdo que la noche anterior me había acostado a las 8 de la mañana. Pues este día lo dedicamos a un poco más de lo mismo: levantarnos, pasar un rato bastante divertido porque V, A y AR se habían quedado encerrados en su habitación: almorzar (pizzas!), ducha, y siesta. Yo no me la eché porque me dijeron que nos íbamos a ir pronto, que si acaso iban a descansar un ratito, así que me puse a escribir. Un carajo para María. Al cabo de dos horas y pico seguían más sobados que un bebé y yo seguía escribiendo, que llevaba varios días de retraso.

Esta tarde-noche descubrí que tenía un cacho de la planta en carne viva. Un buen cacho, vaya, normal que llevara días viendo las estrellas. Total. Queríamos ir a Finisterra pero solo había un coche y el horario de autobuses era una tremenda basura, así que no pudo ser :(. Nos fuimos a dar una vuelta y acabamos en un local de degustación, cuyas camareras nos embaucaron lo suficiente como para que compráramos y tomáramos allí un par de botellas de vino O´Horreo (coloquialmente llamado entre nosotros «O´chorreo»). Yo adquirí de paso un típico queso de tetilla, aunque posteriormente me he quedado con la sensación de que el ahumado estaba mejor pero bueno, ya no queda ni del primero en mi casa.

Entonces volvimos al mismo pub de la queimada y algunos la repetimos. Me di cuenta de que tomar eso no me hace lo más mínimo sin llevar antes la dosis correspondiente de cubatas pero bueno. Literalmente escribí en el cuadernito: En realidad no sabe mal pero da la sensación de que te estás metiendo algo potencialmente oscuro dentro, como si en un rato te fuera a empezar a corroer el estómago, si fuera físico, o el alma, si fuera… ¿psicológico? No sé, veneno. xD.

Mi qué grupo…

Así que nada, después de un día relajado y algo pendiente del correo electrónico a través del iPhone de PA, esperando novedades de Fréderic que no llegaron, y tras una noche apacible, me despedí de PA y MC (AR ya estaba tirado sobre el colchón en modo off), que a la mañana siguiente partieron «temprano» en el coche para Sevilla, mientras que los demás nos levantamos a una hora prudente para abandonar el piso.

Tocaba ir a buscar regalitos y recuerdos para familiares y amigos, y situamos el «campamento» a un lado en sombra de la plaza enfrente de la catedral. Nada más volver, me dice V: «ha estado aquí Fréderic», y, cuando ya lo había dado por perdido, se me iluminó la cara: «what?? ¡dónde!» y apareció al ratito, ¡yupi! Me sonrió, me agarró por unos segundos la mano y al minuto, observando que estaba todo Dios medio expectante, le ofrecí ir a dar un paseo. Y nada, andurreamos, se compró una empanada vegetal (es vegetariano), nos reímos, cambiamos de sitio para sentarnos tres veces porque en el primero empezó a haber un ruido de cojones por unas obras o algo y en el segundo pegaba el sol con to sus ganas.

Cree en «God», pero en el «God» del amor, el «love» que está en todas partes, en cada uno y entre las personas, no el notas con barba larga de ahí arriba que nos mira, «that´s bullshit» xD.

Entonces hubo que volver y pasar por eso que a nadie le gusta: la despedida. Abrazos fuertes, sintiéndolos, adioses con la mano y besos tirados a distancia (con un cariñoso corte de mangas para Boris en medio). Supongo que no los volveré a ver en la puñetera vida pero quién sabe, igual Fred se pasa por Madrid y me avisa por e-mail, si es que le da por abrirlo. Vaya imagen más cómica la de un hippie navegando por internet. Pero me da lo mismo, porque la historia que ya he vivido no me la quita nadie. Quién me iba a decir a mí que al final el camino sí que tiene mucho más sentido espiritual del que pensaba y me contaban.

El viaje en avión se pasó rápido. Por un vergonzoso momento y a causa de un anuncio por megafonía creí que haríamos escala en Madrid pero evidentemente no podía ser, y no fui la única que lo pensó, que conste. El paisaje desde las alturas era admirable. Las curvas de las montañas, el mar, la estructura de las ciudades… Y por fin se me destaponaron los oídos. Aterrizamos en Málaga y nos recogieron mi madre y mi tía, que muy voluntariosamente se dieron el viajecito en coche a por nosotros desde Jerez.

Y se acabó la aventura, a la 1 de la mañana del miércoles 28, lo que se puede considerar todavía como la noche del martes 27 de julio de 2010.

Cada vez que lo pienso me cuesta volver a asimilarlo todo.

Demasiado Grande. Demasiado Fugaz. Comprimido. Del dolor a lo indescriptible. Del comienzo del disfrute a la vuelta ya entre nubes. De un viaje completamente inesperado y planeado en tres días a su término, con un balance final tan bestialmente chocante como fantástico. ¿Un antes y un después? No lo sé, supongo, o no porque en verdad todo sigue igual… pero sí, vaya tela. Muy Fuerte. Intenso. Me llegó en todos los sentidos. No tengo nada más que decir, me he quedado brutalmente bloqueada, no se puede explicar, sin más.

🙂